Muestra | Pueblo Fantasma | Yuyo Gardiol
El viernes 5 de abril, inauguramos Pueblo Fantasma, muestra individual de Yuyo Gardiol en la planta baja, sala principal de CRUDO Arte Contemporaneo, Italia 1044, en Rosario.
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Caminar un pueblo fantasma, es la posibilidad de redescubrirlo.
Un pueblo fantasma en su condición de olvidado, permite ser redescubierto. Resguarda fragmentos de secretos que requieren un estado contemplativo especial para revelarlos. Un pueblo olvidado, nunca está muerto, en lo que la sociedad abandona y posterga, la naturaleza avanza. La falta de acción y de disciplinamiento espacial humano, da lugar a una sucesión de alteraciones arquitectónicas constantes. Un pueblo fantasma se encuentra completamente vivo, pero en su propia temporalidad. El tiempo es la clave para comprender todo pueblo fantasma.
En la obra de Yuyo Gardiol, observo cómo utiliza las condiciones y efectos del tiempo, como operaciones plásticas. La cualidad no estática del tiempo, que incluso cuando percibimos algo como quieto, se encuentra en constante movimiento, la podemos observar, por ejemplo, en la tensión generada por la fragilidad de los cristales (un sólido fluido) sosteniendo objetos rígidos como ramas. Un equilibrio que resguarda un potencial de energía enorme.
El accidente temporal y el azar también son utilizados como elementos de construcción plástica. Un ejemplo es la rama colgante que dibuja continua e incansablemente sobre la arena, generando nuevos patrones. Un estado meditativo, un fluir incierto pero constante. Los patrones nunca son los mismos.
También elementos como las ramas, las hojas y las flores, son utilizadas, por su condición de mostrar con claridad el paso del tiempo, mutando con el pasar de los días, ya sea secándose, cambiando levemente de color, o hasta siendo habitadas por hongos. El pasaje de la vida a la muerte, y nuevamente a la vida. Esto hace que una muestra de Yuyo Gardiol, nunca sea exactamente la misma, se modifica, fluye, se encuentra viva.
La arena sobre el piso, o las hojas o tierra (cómo ha utilizado en muestras anteriores), también son una forma de modificar el modo en que nuestro cuerpo se vincula con el tiempo. El cuerpo y la mente se organizan de modos reconocidos al recorrer una galería de arte. Hay estructuras preestablecidas en nuestra mente de cómo comportarse en una situación en particular. Un gesto simple como modificar el suelo, altera nuestra relación táctil, acústica y sensorial, desorientando a nuestras estructuras conocidas, generando otro modo de vincularnos y de recorrer el espacio, es decir otra temporalidad.
“Pueblo fantasma” es un recuerdo de que en la aparente inmovilidad también hay movimiento, en el silencio también hay sonido, en lo olvidado también hay memoria. Son obras que nos recuerdan que en el interior de cada pueblo fantasma yace un misterio esperando ser revelado. Es una invitación a escuchar.
Fepi Farina