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El 24 de Agosto inauguró en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino "En la oscuridad absoluta hasta una montaña es invisible",  una muestra individual de Yuyo Gardiol con curaduría de Irene Gelfman.

En esta exposición la artista condensó muchas ideas, obras y proyectos de los últimos 3 años. Con el trabajo de un gran equipo, Yuyo produjo piezas en la cristalería San Carlos, ciudad donde nació y viven sus padres y mucha parte de su familia.
Esta muestra cuenta con piezas de cristal, algunas las llama "Formas negras" cuya materialidad es cristal soplado y hierro.  Además en la muestra se pueden ver imágenes de la serie Paisaje Cercano, las cuales son fotografías de su piel que toma colocando la cámara del celular a muy poca distancia  y provoca que la luz de esa imagen al estar fuera de foco por la cercanía, se tiña de los colores que la rodean. Gardiol comenta sobre estas fotos: “Me gusta pensar que somos tan permeables al entorno que hasta la piel puede cambiar de color. Estas fotografías las imprimo en satén, la tela aporta un brillo especial, muy sensual y atmosférico que termina de completar y producir la sutileza que me interesa generar en cada pieza.”

Agradecimientos a la cristalería San Carlos 

A  Martín, Bato y Gus
A Pitu y Office
A parques y paseos 
A Albertina, a Sil 
A Cachito y Hernán
Y muy especialmente a mis padres Jorge e Inés
A mi amor y compañero de aventuras Fepi, a mis hijos Nuvia y Vicente
 

Texto curatorial de Irene Gelfman:

En la oscuridad absoluta hasta una montaña es invisible

Ver una gota atrapada en las hojas de una rama de eucalipto fue la imagen que se grabó en la mente de Yuyo Gardiol y el disparador de esta exhibición. La artista creció en San Carlos, rodeada de árboles, de cambios de estaciones que se evidenciaban en los follajes de las vegetación que la rodeaba.  El cristal, las calles de tierra y la inmensidad del horizonte en la verde llanura de la pampa húmeda santafesina era su escenario de juegos y lugar de acción. El taller de su abuelo, fue otro gran sitio que la marcó. Su universo está compuesto de ramas, barro y hierros. Los materiales con lo que él trabajaba están presentes en sus obras y en la forma de resolver y pensar lo cotidiano.

La artista ve, piensa y concibe al mundo como imágenes. Para ella, dibujar es una forma de crear conocimiento, que luego toma cuerpo para transformarse en algo concreto. De la imagen de una rama sale la posibilidad de mutar en algo más, incluso insospechado para un otro. A Yuyo le encanta el juego de hacer que los objetos pierdan su morfología primaria, su función para transformarse en otra cosa. Ese juego de pérdida de referencias, es propuesto por la artista en cada pieza que conforma la exposición, para hacernos reflexionar en la posibilidad de metamorfosis que tiene cada ser.

El paso del tiempo y su accionar sobre los materiales y los objetos, es otro gran impulsador de la búsqueda estética que mueve a Gardiol. A partir de sus experiencias primarias y de la pandemia, la artista empezó a cuestionarse la habilidad que tienen los seres vivos para adaptarse, para reconfigurar su identidad, sus habilidades y sobrevivir. Sin embargo, el miedo a lo desconocido y a la posibilidad del fin, está presente en cada pieza. Ese sostén frágil, y esa sensación de que todo pende de un hilo, de que el tiempo se detuvo en un estado de peligrosa calma, es un clima que acompaña al visitante en el recorrido y lo obliga a estar en un estado de alerta constante.

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La muestra se podrá visitar hasta el 22 de Octubre  en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (Av. Pellegrini 2202) Miércoles a sábados de 13 hs a 19 hs. Domingos de 11 am a 19 pm.